Para comenzar, conviene definir el concepto “pájara”, tan conocida en el ciclismo español, siendo una de las más famosas la pájara (o pajarón) de Pedro Delgado (nuestro Perico para todos los segovianos de adopción) en una contrarreloj del Tour de Francia hace más de 20 años, o qué decir de aquella que ataco al gran Miguelón Induráin, ganador de 6 Tours de Francia , 2 Giros de Italia, 2 medallas olímpicas y otras dos en los campeonatos del Mundo, mientras subia el terrible Mortirolo en los Alpes Dolomitas…
Pájara significa “falta de fuerzas con ganas de dormir una siesta a las 10 de la mañana y pedir veneno o un tiro en la sien, cual animal moribundo para acabar con el sufrimiento innecesario”. Pues bien si estos ilustres ciclistas, ídolos de mi infancia y juventud “gozaron” del privilegio de una buena pájara en carrera, ¿por qué iba ser yo menos que ellos y “disfrutar” del enorme placer de un Señora Pájara, digna de un Campeonato Mundial? Pues sí amigos, eso fue lo que sucedió aquel aciago día (18 de Abril).
El origen del problema tenemos que buscarlo la noche anterior, que no pintaba nada bien: 3 ó 4 visitas apresuradas al Sr. Roca hasta bien entrada la madrugada, fruto de no sé qué comida o “petisco” sospechoso en “algún lugar de cuyo nombre no quiero acordarme…”, parafraseando a Cervantes. En fin que estaba hecho unos zorros (feito uma m…) cuando llegó la hora de salir hacia Alcains, tarde, con frio, lloviendo, con el desayuno en ese lugar que ni se queda en la boca ni llega al estómago, pero que “jode de coj…” (é muito chato)… ¿qué más podía pasar? Murphy dijo hace años que cuando las cosas van mal, siempre pueden ir peor y mi Alzheimer hizo de las suyas: me olvidé el bidón del agua y aunque llevaba mi “GPS”, el cuenta-Kms decidió tomar el día libre, visto que la “pilha” acabó por fenecer en aquel momento… bien empezamos Carlos, me dije.
Menos mal que encontré a Fidalgo, que siempre acaba por ver el lado positivo y agradable de la vida (gracias amigo), además de aquellos deliciosos pasteles de nata que tan poco tiempo disfruté. Ya en la salida, vi a João y a Fernando, dispuestos a conquistar un lugar en la gloria, bien situados allá en segunda línea. Como ese día decidí que mi puesto iba a estar más cerca de la “carrinha vassoura” que de las chicas del Red Bull, enfilé camino hacia detrás (dicho sea de paso que Marino Lejarreta, otro ilustre del pelotón decía que el mejor sitio de la carrera era la cola del pelotón: el sabría por qué), donde estaban Paulo João, PJFA, Benjamim, Alziro y P. Bacalhau (Paquete Boys Team).
Aquello empezó, la cabeza del pelotón corría como alma que lleva el diablo, lejos de mí, y es que como dice Paulo: “nuestro punto flaco es la salida: por eso acabamos donde acabamos”. Poco antes de Soalheira comenzó la tragedia: dolor de estómago, flojera en las piernas y primer vómito, que se repetiría en dos ocasiones más cada vez que aparecía una de aquellas subidas horrorosas, que conseguía hacer subido en la bici, pero que acaban con esos nauseabundos flujos estomacales (ay de los pasteles…). Sólo contacté con el grupo PBT (pues rodaba en soledad) en el primer abastecimiento, de características homeopáticas, pues los bocatas parecían comprimidos de Ben-U-Ron, visto el tamaño, menos mal que había “a cascoporro” (com fartura)… Desde allí, la vida cambió: unas risas, unas barritas, el sol salió y las subidas acabaron. El paisaje se llenó de árboles (quizás ya había anteriormente, entre las ovejas, solo que yo no estaba en condiciones de verlo). Descenso hasta Tinalhas y nuevo abastecimiento: ¡aquello parecía un banquete de bodas!: queso, pan, chorizo en una mesa interminable…
Repuestas las fuerzas, seguimos con mucha más fuerza y moral. Sube, baja y vuelve a subir entre las encinas y baja hasta el río con un single realmente bonito, pero que machacaba las próstatas, visto el gran número de “Manneken Pis” a los lados del camino que estábamos “marcando el territorio”. Esta vez, intenté pasar el río “con dos cojones”… que se mojaron, vamos: que no fue de esta. Subida hasta Caféde y ¡Oh Dios Mío!: otro abastecimiento con chorizo frito, morcilla, febras y… ¡¡¡Un barril de cerveza en barra libre!!! (¡¡¡a 7 Kms del final!!!). Definitivamente, mis plegarias fueron escuchadas y así, ya mucho más relajados, llegamos a la meta, entre los 15 últimos, a 2 horas del primero (nada mal, visto el día).
Después, baños calientes, duchas frías para nuestras “meninas” y finalmente el punto negro del día: el almuerzo, donde destacaba el arroz en forma y consistencia de bala de cañón pirata, preparado para perforar cualquier nave enemiga. En fin un buen paseo, algo atribulado, pero muy divertido, salvo por el inicio.
Me gustaría decir que nos vemos en la próxima, y que será muy pronto, pero esto será algo que sólo el tiempo dirá: ahora tendré menos tiempo para la bici, que pasará a un segundo o tercer plano, pero creedme, será por una buena causa. No obstante, siempre que haya algún paseo, VSLSS, cañitas en las docas, etc. Estaré a vuestro lado, aunque no me veáis (a cola de pelotón, por supuesto…): bebeos una caña por mí.
Un abrazo. CLI
2 comentários:
Pois... como de habitual... ri-me sozinho enquanto transcrevia o relato sempre bem humorado do CLI! Adorei o sr. Roca.... Lá por casa é a Sra Valadares... branquinha, alva, sempre á nossa espera.... ehehehehe
CLI abraço de "boas melhoras"
Obrigado Fernado por teres gostado dos meus comentários, que parecem escritos por alguém que só pensa em comer: nada mais longe, mas aquel dia estaba a precisar de energia e as sinalizações, paisagens, percurso, corridas, etc. pasaram ao pé de mim sem eu ter reparado.
Parabéns a ti por teres feito um bom trabalho com a "SS" e ao João por ter melhrado a marca do ano pasado.. e sobre tudo, parabéns aos Papaleguas (embora já niguém olhe para este comentário), pela sua brilhante organização(como sempre).
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